Sinceramente no sé de quién son hinchas Mariano y Jonatan en Lobería. Tampoco es algo que me interese al momento de escribir esta entrada. Ayer en Buenos Aires ambos estuvieron muy cerca de conseguir sus objetivos. Jonatan de ganar su primera carrera, y Mariano de haber salido campeón. Ese aceite que hizo que Pechito y Jonatan se fueran de pista, casi hizo que Moriatis también lo hiciera. Y por un instante los loberenses quedamos perplejos. Por un lado porque el Pinchito se quedó sin su chance, pero por otro lado pensamos que Mariano estaba cerca del campeonato. Cuando vimos a ese señor entrado en kilos correr por boxes diciendo "me parece que Mariano no llega", se nos vino la realidad al cuerpo. Se reanuda la carrera, y por un instante nos pareció que Moriatis se quedaba, que lo pasaban Ortelli y Bonelli, pero el Barón Rojo de Lobería no aparecía en pantalla. Moriatis recompuso su línea y lo vimos a Jonatan llorando por su fortuna y a Mariano rompiendo su auto. En ese preciso instante, el tarro de juguetes de mi hija voló por los aires. Encerrado en mi habitación ví los últimos metros de la competencia. Qué cerca estuvo Mariano de la gloria. Qué cerca estuvo Jonatan de conseguir su primera victoria. Ellos son nuestros héroes. Lobería tiene de qué sentirse orgulloso. Gracias Mariano, gracias Jonatan por hacernos vivir tantos domingos de satisfacción.
